El objetivo de esta actividad es, sobre todo, el desarrollo de la competencia lingüística, en concreto, la oralidad. Después de haber trabajado los textos instructivos de forma escrita, los alumnos han aplicado sus conocimientos a un contexto real y vivencial: la cocina de su propia casa. Poniendo en práctica, además, su iniciativa personal, mediante el planteamiento de una receta. Así como la competencia digital, con la grabación y edición de un vídeo en el que muestran y explican los pasos de la receta a la vez que los van llevando a cabo ellos mismos mientras alguien de su familia los graba.
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